Invierno desesperante
Hola mis apreciados lectores furtivos y fieles, espero que todo esté bien por allí en el mundo, y en vuestro
universo. Estaba
pensando en lo difícil que resulta un invierno con lluvia constante, con días
imparables de lluvia desencadenada, en cómo la humedad de esa lluvia despiadada
penetra en los huesos y el
entumecimiento se vuelve algo constante y desagradable en el cuerpo, además de multiplicar
tanto el trabajo cotidiano.
El invierno es duro, frío, gris y coarta tanto la vida, y
con lluvia imparable las 24 horas es
sumamente peor. Da la sensación de que
todo cuesta más, se genera una eterna
preocupación porque los niños no se resfríen,
es algo que me aterroriza profundamente , porque no hay nada más desagradable que un
niño enfermo y con la nariz taponeada, así que pasas fijo, varias noches sin dormir.
Si no tienes la suerte de poseer coche, y te toca hacer recados y la lluvia no
para, es para gritar sin parar de la desesperación, con lo cual el plantearse decir lo siento, no salgo, es lo que provoca inexorablemente,
pero claro, no se puede hay que cumplir con ser adulto y responsable.
Hay que comprar
deshumificadores para sobrellevar un poco esa molesta humedad que además no
permite secar el suelo rápido cuando se limpia, y las hojas de los libros se
humedecen dando la sensación de que vives dentro del Titanic sumergido.
Si vas al wáter, está frío, si te duchas lo haces a toda
prisa porque el frío no te permite disfrutar y relajarte, la comida se enfría
en un segundo y para dormir las mantas resultan un peso, en fin, no detesto el invierno,
pero de que es molesto, es molesto.
Por innumerables detalles más, pienso que en muchos aspectos, el invierno
resulta engorroso, el invierno no es para pobres y en tal caso, habría que pasar todo el verano, otoño y primavera ahorrando para pagar las facturas de
calefacción en el largo invierno, porque a mi entender, resulta absurdo que
en países fríos sea tan costosa.









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