Amor de madre incondicional

Hola mis lectores apreciados, fieles y furtivos, espero que todo esté bien por allí en el mundo, y en vuestro universo. Está mañana me desperté tan asustada por mi bebita, porque  respiraba muy aceleradamente. Ella está acatarrada y con el frío que está haciendo, se ha complicado un poco más  de lo normal.

El sentimiento de protección materno puede llegar a ser tan inmenso, y por ende el susto es mayor cuando ese trocito de nuestra alma, de nuestra propia vida le sucede algo.

Enseguida le hice la inhalación y ella estaba sin fuerza, como que estuviera dormida con los ojos abiertos. Le hice ruiditos de cariño y cosquillas, pero descubrí que lo único que quería era dormir y dormir.


Su respiración mejoró notablemente, le di el biberón y se quedó dormida. Despertó al llegar su padre y hermanos, estaba  más animada y volvió a ser la niñita inquieta de siempre.

Que alivio y cuanto susto se puede pasar por ellos, por nuestros hijos, la verdad que desde su primer aliento, la vida para nosotros, nunca más será igual.

¡Hasta otra!
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