Recuerdos del pasado

 

Recuerdos del pasado
Recuerdos del pasado

Hola mis fieles, furtivos y apreciados lectores, espero que todo esté bien por allí en el mundo, y en vuestro universo, a pesar de las circunstancias de epidemia mundial que vivimos.

Anoche soñé y mucho, posiblemente porque tenía hambre en la madrugada, me estaba haciendo pis y tenía fastidio de levantarme e ir al baño,  al mismo tiempo tenía la nariz taponada porque hacía un poco de frío y fijo que esto siempre me sucede, total que, entre dormirme y despertarme a cada momento, tenía muchos sueños sin sentido alguno, pero no eran agradables, eran incoherentes y de destrucción de edificios y casas con fuertes lluvias, en fin, no fue una noche de bella durmiente, sino más bien  de bella durmiente desvelada.

Sandra Rossi blogs
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También estuve recordando, porque intempestivamente se me vino a la memoria, una perrita loca que teníamos en casa cuando yo era una cría, se llamaba Linda, el nombre se lo puso mi madre, era pelirroja, ojos verdes con expresión de susto continuado que despertaba tanta ternura y un sentimiento de protección para con ella increíbles.

Con esto quiero decir, que hace tiempo llegué a la conclusión de que  las mascotas en la niñez  despiertan el sentido maternal absolutamente a las niñas, porque en mi caso, yo protegía a Linda y a mi gata Lulú de todo, hasta llegué a llorar horrores por ellas, cuando me marchaba de viaje a cantar, y al sol de hoy,  siendo madre de cuatro críos me sucede, y muchas veces  asocio estas sensaciones porque ya experimenté estos mismos sentimientos con los animales cuando yo era niña. ¿O será que me sucede porque soy signo virgo?.

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Linda era delgadita, su raza era salchicha con Pomerania, tenía sus orejitas como unas palmeras al igual que su cola. Era ultra cariñosa, traviesa, desordenada y compañera de juegos.

Pero linda era sumamente nerviosa, cuando llegaban las navidades, la pobre no salía de debajo de la cama, escondiéndose por lo rincones gracias a los estruendosos fuegos artificiales que la enloquecían, lloraba mucho la pobre y lo pasaba francamente fatal. 

Sin embargo, cuando llegábamos a casa luego de una salida, la pobre montaba un festín y se hacía pis de la dicha, era una algarabía cargada de felicidad, parecía que tenía años sin vernos, cuando en realidad había pasado quizás, una simple hora. Los perros son seres muy nobles y agradecidos, portadores y receptores de afecto genuino.

Linda murió envenenada y estando muy mayor, comió una rata  muerta y envenenada que estaba no se sabe como, en el patio de casa, Linda pasó a mejor vida tristemente, pero fue bonito recordarla esta mañana, y claro, al ponerme a sacar cuentas, estoy hablando de hace más de 25 años atrás en el tiempo y en mi historia… demasiado camino recorrido ya.

Blog de Sandra Rossi
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Lo bonito de los recuerdos agradables, de los recuerdos del pasado, es que ellos representan un gran tesoro escondido, y de algún modo u otro te sacan una sonrisa y alguna que otra lágrima cargada de nostalgia, porque nuestro día a día está colmado de tanto, que hay detalles de nuestra historia que se nos escapan sin querer, y no es justo ni para nuestro espíritu ni para el ser recordado que nos proporcionó tantas alegrías en aquellos lejanos e ingenuos momentos de infancia.

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