Sandra Rossi octubre 21, 2022

Recuerdo cuando era niña y quería estar a solas contigo

Hola mis fieles, furtivos y apreciados lectores, espero que todo esté bien por allí en el mundo, y en vuestro universo, un día más de mi vida ejerciendo de principalmente de madre y centro de mi hogar y luego todo lo demás.

Recuerdo cuando era niña y deseaba ser mi madre, tener los horarios de ella, porque ella se quedaba en casa y yo tenía que ir al cole, era como un enorme peso ir al cole, quería quedarme en casa con mi madre y estar con ella, lo veía tan cómodo y genial.

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En realidad, nunca fui fans de la escuela, es falso eso de que a todos los niños les encanta la escuela y quieren ir, eso es mentira, yo pertenecía a ese grupo de niños que la escuela le parecía una cruz y una agonía absoluta, sentía miedo y desconfianza, especialmente porque temía a algunas maestras por su carácter amargado.

Entiendo que es difícil atender a 30 niños con distintos caracteres y con el tiempo te amargas, pero ante todo hay que tener método y amar tú carrera, tu disciplina profesional y más tratándose de la de un educador, porque lo que un maestro refleje se lo trasmite al alumno, de allí se generan fobias al cole o al maestro, hay que amar la profesión que elegiste y ejercerla con cariño.

En todo caso, amaba estar con mi madre, amaba esa soledad con ella cuando todos se iban a sus actividades, mis hermanos a clases, mi padre a trabajar, etc.

Recuerdos de Infancia

Al hacerme adulta he recordado tanto esa etapa de mi vida, esencialmente porque yo me pensaba que era muy fácil ser mi madre, tener el rol de ella, porque mi madre no tenía que ir a clases y se quedaba en casa preparando la comida, yo creía que era libre, no tenía esa atadura diaria de ir a la escuela, que ingenua de mí, después lo entendí todo.

Hoy y siempre la recuerdo tanto, y la recuerdo por sus infinitas quejas constantes, se sentía cansada de ser ama de casa tantos años, se sentía agotada por la rutina, ella había trabajado muy duro desde muy joven, se casó, vinieron los niños, seguía trabajando, tanto en la casa como en su negocio y con el transcurrir de los años estaba aburrida, el cansancio y el trabajo de sus años mozos la agotaron y la entiendo tanto hoy…

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llegó un punto en que exigió que cada quien en casa lavase su plato después de comer, sin embargo, ella no paraba quieta, buscando siempre algún oficio en casa, algo que hacer, era contradictorio, pero creo que se debía a ese sentimiento del deber y la responsabilidad que poseemos las madres y mujeres en general, cuando somos el epicentro de todo en el hogar y no podemos permitirnos abandonar el barco.

Reflexiones y recuerdos

El rol de la mujer es tan importante, tan sacrificado, lo somos todo, casi que te olvidas de ti misma, el olvido del yo, la entiendo perfectamente, y por eso te recuerdo tanto mamá, y cuando resuelvo algún entuerto domestico me acuerdo de ti y te doy las gracias, gracias por enseñarme, por guiarme en la vida, por darme tanto, por eso soy la mujer que soy hoy y puedo sacar a mi familia adelante e inculcarles todo aquello que me enseñaste, para que tus nietos sean los buenos y correctos adultos del futuro.