Esta mañana en el supermercado





Esta mañana como todos los días llevé a mí pequeño al cole.

 Al salir del colegio, entré en una cafetería para esperar que se hicieran las nueve treinta y abrieran el supermercado para comprar algunos artículos. Esta ciudad sin nombre es bastante desapacible y te tira hacia atrás; pero yo trato en lo posible de no hacer caso y de que no me influya y negativice, porque de otro modo es imposible continuar respirando. 

Total que al entrar al supermercado me topo con una cajera, bastante mal encarada y con cara de pocos amigos, ni le tomo en cuenta y me voy al área de frutería, allí compro algunas frutas y cebolla, me dirijo a la encargada de pesar para que le coloque el precio a  mis bolsas y lo que hace es prácticamente arrancarme de las manos lo que llevo, lo pesa, y yo por educación, le doy las gracias por ser yo amable, no por su simpatía y obviamente ella se da la vuelta y no responde. Me voy a la zona de carnes, lo mismo, la carnicera se hace la sorda y la cara de ella da miedo, le pido la carne con la voz entrecortada y por pánico… 
cuando me dirijo a la caja para pagar, la cajera anda en las nubes escuchando una conversación de otros y se equivoca al darme el cambio,  le digo que me faltan cinco euros, casi entra en cólera como que la  culpa es mía de que ella sea tan cotilla y haga mal su trabajo,  en fin ¿dónde está la buena atención al público?, sales del supermercado y sientes que le robaste el marido a alguna de ellas o que le mataste al perro a al gato (risas).

¡Realmente es flipante! digo yo que hay que agradecer que tienes un trabajo, que puede que no sea el que soñaste, seguramente es duro,  pero hay miles de personas que no tienen un trabajo fijo y eso conlleva a que no puedan comprarle la comida a sus hijos.  Los clientes no tienen culpa de los problemas y amarguras que traigan de casa estos trabajadores, y que por ende no debes como empleada que atiende a un público llevar ese disgusto al trabajo y que lo paguen los clientes.

 Existe mucho empleado público, cajeros, cajeras, tenderos, etc. Que son mal educados con el cliente, con la persona que te compra para que tú negocio esté a flote o tengas un salario.

Es hora de tomar en consideración al comprador, entiendo que hay mucho cliente terrible y pesado, pero los que no somos así de carcamales, no nos merecemos esa mala actitud.



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