Odio el tabaco
Esta mañana llevando a mi niño al cole, muy tempranito, día
nublado, se acerca el otoño, en fin… Me pasa por el lado una chica con un
carrito de bebé recién nacido, la madre va fumando y contaminándole el aire a
su propio vástago.
Me resulta tan catastrófico y de ignorantes hacerle eso a un
bebé, a una personita que escasamente llega a este mundo, a un ser que apenas empieza a respirar, que
sus pulmones están tan pequeños, vírgenes y esterilizados. ¿Cómo una madre
puede impurificar el aire a su hijo con ese veneno?
Igual madres
o padres que van llegando tarde al colegio y estos padres llevan a rastras a
las criaturas, con el aliento en cero y de paso respirando el asqueroso humo de
tabaco de sus progenitores. Es la hecatombe!
Yo odio el tabaco, lo declaro abiertamente y no me importa,
creo que en el mundo somos muchísimo más los que no fumamos, y que por desgracia
somos fumadores pasivos, que de paso está demostrado que
crece el número de personas con cáncer de pulmón en fumadores pasivos.
Los fumadores son unos egoístas, faltos de respeto e inconscientes.
Los fumadores son unos egoístas, faltos de respeto e inconscientes.
Detesto que para poder estar en la terraza de una cafetería un día cualquiera
y disfrutar de un ambiente bonito, tenga que
tragarme el humo de otro al igual que mis hijos, ¿por qué? Es sumamente
injusto.
Apuesto por una ley en la cual el fumador fume y se enferme
él solo en su casa, en algún cubículo encerrado él, su vicio y su humo, y no en la calle ni en establecimientos
públicos.
Porque en la parada del bus también, al estar
esperando hay aburridos y ansiosos fumadores contaminando el aire de otros. Es inadmisible
esto. Ese vicio para ellos mismos, no
para los que estamos alrededor.
No al tabaco, no a los fumadores desconsiderados y carentes de sentido común.
Os dejo un enlace con las consecuencias de ser un fumador pasivo y no pasivo.









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