Tocar el éxito
Es el propósito final de todas las acciones que emprendemos.
El éxito es estar al tanto de que todo en la vida marcha sobre ruedas.
El éxito es relativo en la cabeza y en las ambiciones de cada quien.
Éxito es Lograr alcanzar unos estudios, ser famoso, casarte con la persona idealizada, tener hijos perfectos, un trabajo de ensueño, gastar sin medirte, que te admiren por lo que has logrado cosechar, dormir en paz sin ataduras y remordimientos.
La palabra “éxito” viene del latín exitus que expresa final o término.
Éxito es todo aquello que pone fin a una carencia o a un sufrimiento.
El éxito y la felicidad no son sinónimos, porque en algunos casos, tenemos la suerte de que coincidan en una determinada etapa de nuestra vida.
El éxito es llegar a la culminación, a la cima de nuestros retos y sueños.
Es maravilloso alcanzar lo que se desea, pero por convicción propia y no forzada por la sociedad, acostumbrada a una competencia, muchas veces absurda y guiada por el materialismo y las apariencias.
Por lo tanto el éxito es la fuente que nos nutre y empuja a tener una vida provechosa y encausada a nuestro gusto.
Los seres que a menudo sienten dicha perciben más las emociones positivas, y estas emociones conllevan a esforzarse con ahínco para lograr sus metas.
Las personas felices y dichosas acostumbran a saborear más el éxito en todas las parcelas de sus vidas.
El sentirse optimista es un motor fundamental para alcanzar ese éxito anhelado.
La felicidad da pie a comportamientos que otorgan el éxito en el trabajo, con la pareja, con el dinero, los estudios e incluso tener siempre una buena salud.
Un factor importante a tomar en cuenta para alcanzar el éxito es la organización y la lógica.
Poseer el éxito significa: Satisfacer las necesidades básicas, gozar de buena salud física y emocional, mantener la mente en forma, disfrutar de relaciones sociales positivas, enriquecer el alma, hacer actividades productivas y tener propósitos en la vida.
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