Adoro los bazares chinos
Hola mis apreciados lectores furtivos y fieles, les cuento
que he estado escribiendo mucho, corrigiendo mi primer libro y además llena de trabajo doméstico.
Hay algo que me encanta hacer para desestresarme, y es ir a
los chinos, mi paraíso particular, mis adorados chinos y sus bazares enormes y repletos de todo
aquello que se pueda necesitar en un hogar.
La verdad es que me desconecto de
una manera tan espectacular, que me podría pasar toda una tarde descubriendo
todo lo que allí hay.
Entiendo que en los bazares chinos puedes conseguir una ingente cantidad de objetos que se
rompen a la primera, que al llegar a casa ilusionada a darle uso, se te destruyen
automáticamente en las manos como por
arte de magia; pero también es cierto
que con el transcurrir de los años la calidad de sus productos han mejorado
mucho, porque existe una importante competencia, y no les queda otro remedio
que mejorar la mercancía, y estar a la vanguardia.
Así que me compré una papelera muy cuqui, con dibujos preciosos
y sofisticados para mi estudio/ oficina, luego compré una zapatera muy práctica
y que no ocupa mucho espacio, también me
hice con unos platos blancos cuadrados y muy chulos, y unas tazas para mí té
verde que son una pasada de lo hermosas que son y me compré por último utensilios
para la limpieza.
Si te descuidas en los chinos te gastas una fortuna a lo
tonto. Entonces considero que mi comprita estuvo bastante bien y me durará lo suficiente,
que al fin y al cabo es lo importante cuando visitas un bazar chino, saber
escoger lo que te vas a llevar a casa.
Hubo una vez en el que mi hijo se encaprichó de un cubo de Rubik,
y se lo compré, no le escogí el más
baratito, le compré uno intermedio en precio. Total, que mi hijo al destapar el
empaque del cubo y pisar la salida de los chinos… el cubo de Rubik prácticamente
se desintegró, ¡ Jajajaja! no paramos de reír de lo sorprendidos que nos
quedamos. (Cosas que suceden al comprar en los bazares chinos) De todos modos
los adoro…
¡Hasta otra!
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